Por Adrián Moujan (*)
La denominada jefa del trap argentino, Cazzu, que disfruta del éxito de Turra, su último single que ya cuenta con casi nueve millones de vistas en YouTube, afirmó en una entrevista con la Agencia Télam que en la industria musical «las exigencias son mucho menores para un artista varón», pero aclaró que como parte de los mandatos sociales, las mujeres están «más preparadas para ofrecer un espectáculo completo».
Cazzu es Julieta Cazzuchelli, nacida en la localidad jujeña de Fraile Pintado y la preferida de grandes de la música urbana a nivel mundial como Bad Bunny y Ozuna. Su carrera evolucionó de la mano de la cumbia, hasta que viajó a estudiar a Buenos Aires e incursiono en el reggaetón, trap, rap, R&B y otros ritmos urbanos.
Se ha convertido en una de las más grandes en Argentina, abriéndose campo cada vez más en el exterior; su trabajo ha sido reconocido internacionalmente a través de distintas nominaciones a galardones como Premios Heat, Premios Juventud, Premios Tu Música, MTV European Music Awards, Premio Lo Nuestro y, más recientemente, Spotify Awards.
Télam: Se señala que el grupo de mujeres de la música urbana está a la cabeza, no solo por lo musical sino porque hacen una propuesta muy fuerte a nivel 360° con lo audiovisual, la ropa, las zapatillas, las uñas… Una propuesta mucho más completa.
Cazzu: Pasa que en este mundo cuando sos mujer pareciera que tenés que tener más aptitudes que los hombres para resaltar. Tenemos que saber bailar, ser bonitas y ponernos esto y lo otro, y eso naturalmente nos permite hacer más cosas y ser más completas. Es una cuestión que está muy ligada a estas bases del lugar que ocupan las mujeres y los hombres. Para renovar tenemos que desdoblarnos, entonces es más natural para nosotras, es un mandato, y es más difícil pedírselo a un chabón. De hecho, no se lo piden y a nosotras sí. Igual todas las mujeres del género son muy completas y una de las razones es porque son mujeres, porque tenemos muchas más exigencias.
T: Se cuestionó que Paulo Londra subiera a cantar en jogging al escenario al Lollapalooza. Y también se marcó que ninguna de las mujeres de la música urbana haría algo parecido.
C: Paulo se puede subir en jogging con una pelota de básquet en la mano y ese es su show, a la gente le copa y no hay nada para objetar. Esa es la cuestión de cómo está formado el mundo, las exigencias son mucho menores para un artista varón. Si una mujer no se puso algo o no sabe bailar y por ahí tiene otro aspecto tiene más críticas; ese todavía es el mundo en donde vivimos. Hay muchos chabones que no van a aprender a bailar porque les da vergüenza y se les cae la masculinidad, pero si nosotras no sabemos bailar somos unas inútiles. Son esos mandatos sociales que tenemos; ojalá mañana una piba pueda subirse en jogging y cause el mismo furor que causa Paulo cuando se sube en jogging. Hay que ver en qué momento llegamos a esa evolución social.
T: ¿Cómo se dio Niña Inútil (2020), tu disco basado en poemas de Alfonsina Storni? ¿Qué significaba para vos?
C: Ese disco es bastante ‘nice’, fue una experiencia linda hacerlo y despojarse de los prejuicios de qué era lo que uno iba a escribir o decir. Es un disco mucho más maduro, que también puede llegar a interpelar a otras edades con otras experiencias. Es un poco como yo voy viviendo, madurando y pensando, quiero de alguna manera poder acompañar el crecimiento de mis fans, acaparar algunas personas más grandes que piensan que hacemos música para más chicos, que nada más lejos de eso. Todo eso con la inspiración de una mujer que para mí es el emblema de la inteligencia de nuestro país. Es mi santa, yo tendría un santuario de Alfonsina Storni en mi casa. Siempre la leo, siempre la estudio, siempre la escucho y me pareció un buen ‘link’. Me acuerdo que le escribí una carta a los pocos familiares que encontré por ahí en Instagram, y eso porque uno se siente metiéndose en un lugar donde andá a saber si alguien se ofende. Porque encima nosotros correspondemos a un género bastante complicado. No creo que Alfonsina hubiese estado enojada, todo lo contrario, pero una trata de ser responsable.
T: ¿A qué otras mujeres mencionarías como referentes?
C: Yo respeto mucho a algunas mujeres que se dedican en su área a construir los establecimientos. Por ejemplo, Alfonsina lo ha hecho desde la literatura, pero de repente Alda Facio (jurista costarricense feminista y experta internacional en Derechos Humanos), que es una mujer que estuve leyendo hace algún tiempo, es una erudita del feminismo y ha estudiado derecho, entonces ella se dedica a luchar contra lo establecido en el derecho que de alguna forma elimina la figura de la mujer. Ella ha definido muchos conceptos importantes, entonces me gusta mucho leerla. Me hace entender muchas cosas y le da terminología a cosas que uno no puede. Por otro lado, siempre trato de ir buscando, indagando dónde están esas mujeres. Por ejemplo, yo fui a la escuela de cine y estudié cineastas y estudié pintores, ¿Dónde están las mujeres en la historia? Es la pregunta que siempre me hago y ando por ahí, a veces buscando en los recovecos. Una imagen que para mí es muy importante en la historia de nuestra sociedad es María Magdalena; saber quién carajo era y por qué carajo es tanto un misterio, qué tenía ella para decir y qué representó en la historia del mundo que de repente estuvo en todos los lugares pero solamente la asociamos a Jesús que casualmente era un hombre. He leído muchos libros de mujeres que han escrito sobre María Magdalena, he buscado las interpretaciones, la historia. Me gusta buscar lo que por encima no te dan, la historia siempre está contada hecha por hombres. De repente tenemos historias sobre Charlotte Brontë o Jane Austen que han ocultado su sexo, se dice por ahí que muchas canciones de Atahualpa Yupanqui las ha escrito una mujer que firmaba como hombre y eso pasaba porque sino tu arte no iba, no tenía por dónde ir si no eras hombre.
T: ¿Cómo te sentiste frente al debate por la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo?
C: Es tan positivo lo que pasó con la lucha con el aborto que la gente que lo entiende por encima, que lo entiende como una especie de «queremos asesinar vidas»… no, nunca se trata de eso. Nunca se trató de eso, se trató de la autonomía física y emocional de nuestros cuerpos, la que nos han negado tantos años. Tan simple como que mi cuerpo es mío y hago lo que quiera con eso. Qué loco haber tenido que pelear tanto por ese derecho.
T: Muchos de tus colegas mencionan que tenés un vínculo muy fuerte con Puerto Rico, que solés irte de viaje y conectarte con productores y músicos. En 2020 y 2021 estrenaste videos con Eladio Carrión filmados allá. ¿Cómo nace ese vínculo con una de las capitales de la música urbana latina?
C: Eso fue al principio, después de Loca (canción de su colega Khea), hicimos el remix con Bad Bunny que fue una clave para que todo esto suceda, yo ya estaba linkeada con los pibes que están muy pegados pero que en ese momento eran hasta por ahí más chicos que yo en cuanto a carrera como Conrado y Eladio, y nos metimos en Toda (Remix de Alex Rose, en 2017), y Puerto Rico se apropió de mí como si fuera de ellos. Me siento así cuando voy, ellos me sienten suya y me tratan muy bien, eso me copa mucho. Es muy loco poder representar a gente que me escucha a mí, que soy de acá, cuando ellos nacieron en la capital de esto, ¿no?
T: ¿Sentís que Buenos Aires ya está en la línea de otras capitales de la música urbana como San Juan de Puerto Rico, Medellín, San Pablo y Rio?
C: Sí, cien por ciento. Para mí la propuesta de Argentina con la música urbana es muy fuerte y es muy interesante, a veces el acento, la idiosincrasia, nuestra cultura hace que necesariamente la propuesta urbana sea diferente. Como cuando a Colombia le tocó mostrar su propuesta de urbano y sonó distinto, nosotros todavía siendo más sureños y nuestra comunidad siendo tan poco conocida a la gente le parece raro todo de nosotros. Estamos en el culo del mundo y nadie sabe qué carajo hacemos y nuestro acento es súper diferente, nuestro comportamiento. Somos muy rockeros, creo que eso es lo mejor que tiene Argentina para mezclar en toda esta propuesta urbana y por eso hay tantos pibes saliendo con todo.
T: Volvieron a levantar esa llama que se había encendido en los 80 y los 90 con emblemáticas bandas de rock que plantaron bandera en Latinoamérica. Ustedes volvieron a izarla y a decir “la música argentina sigue produciendo gran nivel”.
C: Sí, cien por ciento. Creo que desde ese momento Argentina no había vuelto a ser el foco de la atención musical y hoy lo es de nuevo. Gracias a todos los talentos y las propuestas que tienen los chicos y nosotros, está bueno. Por ahí hay gente a la que le pesa, pero es así.
T: ¿Qué significa Turra para vos en esta etapa de tu carrera? ¿Y qué representa el video con tantos artistas de la segunda o tercera generación de la movida urbana a los que les das la bienvenida a la masividad?
C: Turra es un tema buena onda que me copa con Alan que es el productor. Acá en Argentina salís de party y ponés los remix de Alan. Él está incursionando en una carrera de producción. Y hoy por hoy creo que el turreo es un sonido nuestro, es haber encontrado nuestro sonido. Toda esta bola de L-Gante, lo que viene haciendo hace tanto tiempo y que haya explotado y sea un artista ‘main’ convierte al sonido del cumbietón, el turreo y el rkt como algo muy nuestro. Me pareció muy interesante acompañar esa movida porque a mí la cumbia me hizo musicalmente un montón. Encontrar un sonido particular de nuestro país, como República Dominicana tiene el dembow y Brasil el funk.
T: ¿Qué significa que Interscope, la casa matriz de Universal Music, venga desde Nueva York a firmarte a vos?
C: Está bueno, pero aún así uno no baja la guardia. Siempre es un halago, pero uno siempre tiene que estar atento al negocio de los monstruos. Para mí es un placer que muchos sellos se hayan acercado a mí, siempre fui muy minuciosa y detallista. Quiero mucho a mi música y cuido mucho lo que voy a hacer, los movimientos que voy a dar. Está bueno realmente, es un paso importante siempre y cuando lo defienda.
(*) Publicado para la Agencia de Noticias Télam