Pat Pietrafesa es una de las referencias más importantes de la historia de la contracultura en nuestro país, una hacedora incansable que a lo largo de su trayectoria se convirtió en una de las protagonistas fundamentales del universo punk en nuestro país. Colaboró con decenas de fanzines, fundó su propia editorial, es una de las impulsoras de la Feria del Libro Punk y formó parte de bandas emblemáticas de la escena local, algunas de culto, como Sentimiento intocable, Cadáveres para niños o She Devils, y desde hace doce años en una de las cabezas de Kumbia Queers. Será de la partida de la presente edición del GRL PWR con estas dos últimas bandas, esa fue la excusa para esta charla exclusiva con Otra Canción.
-¿Con qué expectativa llegan a un festival como el GRL PWR?
-La verdad es que estamos muy contentas de estar con las dos bandas. Conocemos desde hace mucho a Peni (Franconi) y ella viene organizando este festival desde hace mucho tiempo, por lo que a nosotros nos encanta estar en un lugar al que ella, acompañada por otro grupo grande de mujeres, logró darle este perfil que me parece tan importante. No es un festival con presencia de mujeres solamente, es un espacio con la presencia de identidades disidentes y de todo tipo que se escape a la hegemonía de los varones que están siempre en todos los festivales. Es muy distinto lo que está pasando, hay una movida muy grande. A lo mejor no hay muchos festivales tan grandes como éste pero sí hay toda una serie de eventos locales donde hay muchas escenas muy activas en este tipo de manifestaciones.
-She Devils apareció hace más o menos 20 años, por lo que han pasado por varias etapas del país. ¿Cómo está la banda hoy?
-Mira, nosotras empezamos a tocar en el año 97 y estuvimos muchísimos años atravesando los espacios alternativos, esos que no van en la corriente de la industria de la música. Yo te diría que en ninguna de las áreas que decidimos abordar nos interesa estar ligadas a las cosas mayoritarias, siempre nos interesó lo pequeño, lo alternativo y lo crítico, en todos los aspectos de nuestra vida. Siempre nos interesó transitar lo subterráneo creando nuestra movida y ligándonos con bandas de distintos estilos con las que nos parecía que teníamos algo en común. Ni bien empezamos sacamos un disco con Fun People por la legalización del aborto (El aborto ilegal asesina mi libertad, 1997) y eso pasó hace como 20 años. En ese tiempo chocábamos mucho con bandas feministas porque no nos conformaba mucho la onda institucional que era medio careta también. Ahí arrancamos con los festivales que eran protagonizados por mujeres, travestis y todo un abanico de identidades, que no se nombraban con la riqueza del lenguaje con que se nombran hoy ¿no? Si bien nadie puede estar ajena a lo que pasa en el país y siempre estuvimos cruzadas por todo lo que pasa en nuestro entorno, siempre estuvimos armándonos paralelamente a lo que pasa en el mundo y así seguimos. En el año 2007 armamos Kumbia Queers y She Devils pasó a ser parte de esa banda. Al principio tocábamos con los dos nombres pero la intensísima actividad de Kumbia Queers nos hizo que unificáramos porque, en realidad, estaba todo incluido en ese proyecto. Es una banda muy contenedora de todas nuestras expresiones y, también hay que decirlo, es una banda muy punky.
-Ahora van a tocas separadas. ¿En qué momento volvieron a actuar con el nombre She Devils?
-Fue por un pedido de Peni. Nosotras nos juntamos para tocar en ocasiones espaciales, por eventos que tengan algo de afectivo para nosotras, como fue por ejemplo la edición del compilado de los fanzines Homoxidal, que era una experiencia muy cercana allá por el 2002 o 2003. Te diría que es un punto clave en la escena queer y punk en la Argentina porque es la parte escrita de esa escena. Yo saqué ese compilado con mi editorial (Alcohol y Fotocopias) y eso ameritaba una reunión. Fue hermosísimo tocar ahí. La verdad es que sólo lo hacemos cuando nos lo piden amigos o para situaciones muy particulares, nosotras estuvimos casi 20 años tocando en festivales, desde el año 2007 lo hacemos con Kumbia Queers pero, la verdad, es que todo cierra para que volvamos a hacerlo en este GRL PWR. Está Peni, estamos en Córdoba, será un gran momento.
-Hiciste referencia al espíritu contracultural que siempre manifestaron. En este último tiempo hay referencias permanentes a la importancia que todos esos movimientos han tenido para llegar al tiempo que hoy nos toca vivir. ¿Vos ves que, en la actualidad, los elementos propios de esas experiencias se reactualizan y se ponen al servicio de las mayorías o que lo contracultural sigue siendo contracultural y el reclamo va por otro lado?
-Creo que va todo junto y que desde siempre existe un canal contracultral, contrainformativo, contrahegemónico que va en contra de un sistema que oprime. Somos miles las que estamos en contra de eso y así fue desde el primer momento. Yo lo veo históricamente y me siento en una genealogía contracultural y rebelde que mayormente se manifestó muchísimo desde principios del siglo XX cuando comenzó a crecer el feminismo como un movimiento teórico de acción y de cambio. Es algo que, desde entonces, clama por un lugar y se mantiene vigente porque está en contra de la terrible injusticia que representa una realidad en que los derechos son sólo para determinadas personas, que son varones. Creo que en distintos períodos históricos del siglo XX esos movimientos corrieron a veces por lugares de mayor difusión y hubo momentos en que eso fue más marginal. A finales de los 90, nosotras veíamos que el movimiento feminista estaba, incluso, separado del punk porque tenía características distintas. Era algo más acartonado, era muy intenso a nivel teórico y de mucha apertura pero en la vida diaria no nos cerraba demasiado. De todas formas, también creo que muchas manifestaciones de acción callejera estaban en el punk, entonces ahí se unía todo. Con el paso del tiempo, todos esos reclamos fueron tomando un estado más público y, sobre todo, desde Argentina se empezó a expandir algo que se hizo muy grande. Para nosotras es fascinante porque nunca pensamos que lo que pasa podía suceder algún día. Estábamos haciendo fuerza, naturalizamos cosas para sobrevivir durante mucho tiempo y hoy estamos presenciando un momento revolucionario increíble siendo contemporáneas a él.
-¿Existe el espíritu punk en la Argentina?
-Hace unas semanas estuve en un recital de una banda queer, feminista, punk de Brasil que se llama Anti-Corpos y en ese lugar había un montonazo de personas punkis de distintas identidades, no varones. Eso me volvió a confirmar que el conjunto de principios que fundaron el punk a finales del siglo XX fueron muy importantes, porque fue un movimiento urbano muy crítico que excedió claramente la manifestación musical, que por ahí es lo que mayor referencia genera. Hay formas de vestirse, de comportarse, de pensar que todavía representa un canal apropiado a través del cual muchísima gente logra canalizar cosas.
-¿Con qué se van a encontrar
aquellas personas que nunca vieron en vivo a She Devils y las van a ver el
jueves?
-Somos un trío de punk-rock veloz con canciones que hablan muchísimo de todo lo
que venimos hablando: una expresión crítica al sistema y unas ansias tremendas
de cambio. Nosotras lo manifestamos con una base muy firme y furiosa en las
canciones.
-¿Serán las canciones de siempre o hay composiciones nuevas?
-Hay, no son de ahora, pero sí canciones que nunca fueron grabadas. De todas formas no las vamos a tocar porque tenemos un set de 35 minutos y vamos a aprovechar para tocar un show potente en el que repasemos aquellas canciones que están en algunos de nuestros discos.