Con dos funciones, el 7 y el 14 de Mayo en el Centro Cultural Córdoba, el periodista Martín Carrizo actualiza el documental que retrata la historia del rock hecho en Córdoba.
Como hace exactos tres años, a Martín Carrizo se lo nota nervioso. Inquieto, expectante. Está a punto de mostrar una nueva parte del trabajo al que su pasión por la música lo llevo prácticamente a lo largo de toda vida. Melómano, coleccionista, periodista, escucha atento, Martín está a punto de lanzar un nuevo capítulo de Radio Roquen Roll, la serie de filmes documentales que retratan la historia del rock cordobés. «Apenas estrené la primera parte, en Mayo de 2014, me puse a trabajar en la segunda» dice Carrizo a Otra Canción, «había una necesidad de contar más de esta historia y el quiebre la dejó picando» asegura a la espera del estreno que tendrá lugar el próximo domingo 7 de Mayo en el Centro Cultural Córdoba.
Otra Canción: Después de las repercusiones que tuvo la primera parte ¿Cómo son las expectativas ahora?
Martín Carrizo: Yo espero que la gente responda. La expectativa está y me lo manifiestan constantemente. Por eso también la idea de las dos fechas que decidimos hacer con la gente de Sub-Dirección de Cine de la Provincia y la Administración de Centro Cultural Córdoba. Cuando estrenamos Radio Roquen Roll 1 asistieron 450 personas y 250 cuando repetimos al mes siguiente. La sala Daniel Salzano de CCC tiene capacidad para 202 personas y por eso decidí desdoblar esta vez.
La historia de esta segunda parte empezará a contarse desde el primer Chateau Rock de marzo de 1985 y llegará hasta el Cosquín Rock de febrero de 2001. Según las palabras de su director, «la película tiene un anclaje principal en la segunda mitad de los ’80 y la primera de los ’90», dos momentos claves de la explosión roquera cordobesa.
O.C: A diferencia de la primera, esta parte trabaja sobre una parte en que la recolección de registros, por los avances técnicos, era más común…
M.C: Hay mucho material audiovisual rescatado de cintas en VHS y U-Matic. Digitalicé todo lo que más pude e incluí buena parte de ellos. Aunque debí tomar la dolorosa decisión de dejar cosas afueras. También es valioso el rescate que se hizo desde Canal Z, el canal que muestra buena parte de lo que pasó por Telemanías y otros programas producidos por Audiovisión. El primer trabajo que encaramos con Hernán Centeno, el responsable de la edición, fue la remasterización en audio y video de todo el archivo. La película se verá en full hd. Hay joyas, son varias. Te cuento una y las otras las descubrirán cuando vean el estreno. Hay imágenes de finales de los ’80 de un show en vivo en el mítico Lado Norte. El primer lugar para el rock que tuvo el abasto.
O.C: La primera parte terminaba en el comienzo de una época dorada de los festivales en Córdoba. ¿Qué cambió en la escena cordobesa con los cruces con los artistas consagrados a nivel nacional?
M.C: En esta parte también se refleja la importancia de los festivales para el rock cordobés. Hablamos del Chateau Rock, Nuevo Rock Argentino y Cosquín Rock. No les fue fácil a los cordobeses que en el caso de los Chateau por ejemplo, debían pelear contra un sonido que no los favorecía. A pesar de todo hubo actuaciones consagratorias de Tamboor, Posdata, Pasaporte y proceso a Ricutti por ejemplo. Lo del nuevo Rock, fue una posibilidad de tocar de igual a igual con las bandas que llegaban de Buenos Aires a presentar el movimiento que se estaba gestando en ese mismo momento.
O.C: Hubo una etapa a mediados de los ochenta en la que la música de Córdoba se presentaba como una especie de gran esperanza de renovación en la escena nacional. ¿Qué me podés adelantar de lo que documental retratará al respecto?
M.C: A treinta años exactos de lo que se conoció como “La movida del ‘87” creo que hay que prestarle especial atención a esta parte de la película. Seguramente encontrarán muchos puntos en común con lo que se vive en la actualidad. Lamentablemente en ese momento el rock y pop cordobés tuvo todo para explotar desde Córdoba hacia el país, pero no lo pudo concretar. En el documental encontrarán buena parte de los motivos.
O.C: ¿Podés trazar un paralelo con la actualidad en donde esa idea de Córdoba como referencia parece volver a aparecer?
M.C: Estamos en un momento muy especial, hay mucha similitud. Hay mucha gente que tuvo que ver con ese momento y sigue trabajando en la música. Arriba del escenario, desde una consola, un estudio de grabación o desde la docencia. Deberíamos preocuparnos para que todo lo bueno que se consiguió en este sigo, llegue a buen puerto.
O.C: Decías que el documental también da cuenta del comienzo del Cosquin Rock. A lo largo de toda la historia siempre se cuestionó la presencia de bandas locales en ese escenario. ¿Cómo era en las primeras ediciones?
M.C: Esos primeros Cosquín realizados en la Plaza del Folclore tuvieron otra mística. Eran más “Woodstock” en eso de compartir experiencias entre los músicos y el público también. Además había un solo escenario y por más que tocaras temprano, te veía mucha gente. En el primero tocaron Los Navarros, Rastrojero Diesel, Armando Flores y Juan Terrenal. Los cuatro en distintas etapas de su carrera. También hubo una banda funk y otra de Cosquín. A último momento se bajó Crosstown Traffic por diferencias con la producción. En otra edición Los Navarros atesoran un recuerdo imborrable de cuando lo tuvieron de invitado a Ruben Juarez y el mismísimo Luis Alberto Spinetta se acercó a verlos como un fan más. Ya cuando la historia se traslada a los otros predios, hay un cambio notorio. Pero esa es otra historia.
O.C: ¿Me adelanto mucho en esa historia si te pregunto por una tercer parte?
M.C: Hay una idea dando vuelta de seguir la historia en Radio Roquen Roll #3, pero desde ya te adelanto que no tendrá formato de documental. O por lo menos de documental audiovisual. Veremos que resulta.