30 DISCOS DE LOS DÍAS EN QUE VOLVIMOS A CANTAR. PARTE 6

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Otra Canción te propone recordar 30 discos del año en que los argentinos recuperamos la democracia. Semana a semana, recordaremos las pequeñas historias de aquellos grandes discos editados hace exactos 30 años.

CLICS MODERNOS – CHARLY GARCÍA

Después girar con su disco debut como solista, Charly García decidió partir a Nueva York. Allí, se encontró con un nuevo mundo, a partir del cual, decidió encarar lo que iba a ser su segundo disco solista que resultó una obra fundamental para el cambio de sonido que el rock y la música argentina iban a experimentar un par de años más tarde. Apenas llegó al país del norte, Charly se contacto con Joe Blaney (productor, entre otros, de tipos como Tom Waits, Keith Richards y The Clash) con quien comienza a trabajar en lo que, en un primer momento, iba a llamarse «Nuevos Trapos». Internado en los Electric Lady Studios (creados por Jimi Hendrix) García empezó a dar forma a su nuevo sonido con una fuerte presencia de samplers, cintas pregrabadas y sintetizadores desconocidos hasta ese momento en la música de producción argentina.

charly-garcia-1983

Las canciones de «Clics Modernos» son, hoy, un puñado de clásicos ineludibles en la historia del rock argentino que van desde la nostalgia taguera de «Los Dinosaurios» o «No soy un extraño» hasta la novedad bailable de «No me dejan salir» o «Nos siguen pegando abajo», pasando por las irónicas «Bancate ese defecto» o «Dos cero uno (transas)». Pero si algo aparece de manera constante son los contactos con sentimientos nuevos a partir de los tiempos que partían y obligaban a la sociedad argentina a comenzar a mirar un poco atrás, intentando no volver. Charly no era la excepcióny su música (como siempre) no pudo aislarse de ese puñado de historias y sensaciones. «Los Dinosaurios» es el caso extremo, clásico, redundante: «Los amigos del barrio pueden desaparecer/ los cantores de radio pueden desaparecer/ los que están en los diarios pueden desaparecer/ la persona que amas puede desaparecer…» arrancaba aquella canción que sonaba mucho más a «Yendo de la cama al living» que el resto de las canciones del disco. Pero probablemente el tema más profundamente arraigado a los tiempos de la dictadura sea «Plateado sobre plateado (Huellas en el mar)». Allí se escucha:  «Vi la luna chorreando sin parar / su luz de catedral y un barco viejo/ ceuzando el mar de Sudamérica a Europa/ sobre un espejo lleno de sal./ Aeroplanos cortando el celofán/ de un cielo tropical/ abriendo un surco suave a llevar hacia el exilio da vueltas/ a los que ya no aguantaron más./ Huellas en el mar/ sangre en nuestro hogar/ tenemos que ir tan lejos para estar acá, para estar acá./ Nos quedamos por tener fe/ nos fuimos por amar./ Ganamos algo y algo se fue…» Esa canción, quizás, también haya sido una de las más difíciles de asimilar para el público de Charly que, en un primer momento, no entendió del todo el cambio propuesto por el hombre del bigote bicolor.

Las críticas llovieron de todos los sectores cuando Charly llegó a la Argentina con el nuevo disco. No sólo el cambio estético no era bien recibido sino también la decisión de haber grabado un disco completamente trabajado en los Estados Unidos, incluso, con músicos extrajeros. En los créditos del trabajo, a la producción de Blaney, se sumaban los nombres de Larry Carlton, Casey Scheuerell y Doug Norwine. El único crédito local correspondía a Pedro Aznar, que por aquellos años se encontraba trabajando y estudiando en los Estado Unidos. Para colmo de males, a eso se le sumaba que la portada del disco presentaba el nombre de la placa en inglés. Pero eso corresponde a otra historia. Dijimos que el disco iba a llamarse «Nuevos Trapos». Esa decisión, se mantuvo hasta último momento cuando Charly se topó con una pared en la que el arte callejero neoyorquino había rendido homenaje a una banda del under de aquellos años llamada Modern Clix. A su lado, una imagen que tiene la autoría de Zephyr, una figura muy importante en el mundo del graffitti, por quellos años asociado al universo del hip hop. Charly instruyó a Uberto Sagramoso desechar la foto que orginalmente iba a ser portada de «Nuevos Trapos» para dar origen definitivo a lo que a partir de allí sería, para siempre, «Clics Modernos».

nuevos trapos original  by Sagramoso

El disco apareció el 5 de Noviembre de 1983 y fue presentado un tiempo después con cuatro conciertos en el Luna Park con la banda que muchos consideran el mejor acompañamiento estable de Charly en la historia: Pablo Guyot, Alfredo Toth, Willy Iturri, Fito Páez, Daniel Melingo, el Gonzo Palacios y Fabiana Cantilo.

 

PÁJAROS DE FIN DE INVIERNO – JORGE FANDERMOLE

Jorge Fandermole fue otro de los rosarinos que llegó con sus canciones a Buenos Aires de la mano de Juan Carlos Baglietto. De su autoría es, de hecho, la canción que se convirtió en el primer gran éxito de «Tiempos difíciles» (álbum debut de Baglietto) llamado «Era en Abril». Al igual que Silvina Garré, otra artista de aquella troupe, Fandermole editó su disco debut en 1983.

«Pájaros de fin de invierno» es un disco que muestra el estilo primigenio del autor con los matices que marcaban la diferencia entre sus obras con las del resto de los comositores que alimentaban el repertorio de Baglietto en aquellos tiempos (Adrian Abonizzio y Fito Páez, principalmente). Ese perfil, mucho más anclado en la fusión folclórica y en las metáforas impregnadas de pampa, puerto e introspección poética. «El agua que baja nunca es la misma/ y al recordar nos vamos al mar/ porque el pasado yace en lo profundo/ ;y como el amor dura una creciente/ el dolor es caudal permanente,/ la sangre su espejo/ y la vida reflejos del río marrón.» canta en «Río Marrón», tal vez el tema central de aquel disco.

Fandermole con abonizzio

En «Pájaros de fin de invierno», Fandermole está acompañado por Iván Tarabelli en piano (instrumento también intervenido por Fito Páez), Tuti Branchesi en batería, Carlos Velloso Colombres en bajo y Mario Olivera en saxo. El disco es un trabajo profundo, el que también ponen sus voces Ruben Goldín y Adrián Abonizzio, con diez canciones clásicas del repertorio del autor nacido en Pueblo Andino (Provincia Santa Fe) en las que las letras directas («Cruzó los campanarios un tumulto en vuelo/ voces desconsoladas rompen a cantar/ La prosa tormentosa de los tiempos negros/ la pluma que palpita no puede olvidar./ Pájaros de fin de invierno/ las gargantas secas y la sangre en pie/ la mirada del que vuelve del infierno/ aunque no se olvida nada sin querer/ Pájaros desconsolados/ ojos sublevados reclamando luz/ La novia que llora esperando al soldado,/ el vientre que mira un hombre en una cruz…» canta en el tema que le da nombre al disco) se cruzan con lo más significativo de la prosa poética cargada de los juegos líricos del cancionero folclórico de orillas del Paraná.