Paisajes, duelos y ficciones: el mapa emocional de Chechi de Marcos

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Hay artistas que escriben desde la herida, otros desde el deseo, y algunos —como Chechi de Marcos— desde ese lugar ambiguo donde conviven la dulzura, la rareza y el desconcierto. En esta entrevista, la compositora y cantante abre las puertas de su universo emocional: un territorio íntimo, filosófico y a veces incómodo, donde la nostalgia no es refugio sino tensión, y la esperanza puede ser una figura que se mata en una canción.

Con un imaginario que mezcla lo pueblerino y lo urbano, lo espiritual y lo pop, Chechi construye escenas que parecen salidas de un diario emocional escrito con humor negro, ironía y una sensibilidad que no teme dramatizar ni desarmar mandatos. Desde el aislamiento pandémico que dio origen a “Casi nunca entiendo nada” hasta la exploración del amor inseguro en “Sailor Mon”, su obra se mueve entre lo confesional y lo fantástico, entre el duelo y la persistencia.

El ángel que soy, su último disco, marca un salto vital respecto a Cecilia, pero también una continuidad en la búsqueda de una voz propia que no se acomoda ni se explica del todo. En esta conversación, Chechi reflexiona sobre el paisaje como geografía emocional, la escritura como forma de procesar el pasado, y la música como espacio para decir lo que no se puede decir de otro modo.

Lo que sigue es un viaje por canciones que no buscan respuestas, sino nuevas preguntas. Porque como ella misma dice: “yo qué sé, no entiendo nada”. Y ahí, en esa rendición, aparece su arte.

O.c: ¿Cómo describirías el universo emocional que construís en tus canciones? ¿Qué tipo de historias o sensaciones te interesa transmitir?

Chechi: El universo musical en mis canciones es bastante personal, crudo, y fantasioso. Me gusta hacer pensar, emocionar y sobre todo me gusta descolocar o incomodar, desde la dulzura y también desde la rareza que encuentro en algunas cosas de la vida, las contradicciones y mis dudas sobre cómo es vivir.

O.c: ¿Qué artistas, discos o imágenes te marcaron más en tu camino? ¿Hay alguna influencia que vuelve incluso cuando intentas alejarte de ella?

Chechi:  Hay artistas que siempre me impactaron y me movieron, a veces pueden ser directores de cine, como Tim Burton o David lynch, o Jim Carrey o Joni mitchell, o Patti Smith, o Frida khalo, o morrisey, o jhon Lennon, por tirar asi nombres. Mi guía siempre la ligo más a algo filosófico o espiritual que a algo estrictamente musical digamos. Me gusta tener algo para decir, no simplemente hacer lindos acordes. 

O.c: ¿Qué te inspira más: ¿lo que viviste, lo que imaginas o lo que te rodea? ¿Hay algo que siempre vuelve como tema o imagen en tus canciones?

Chechi: Esas tres cosas me inspiran por igual. Siempre parto de una base real, un sentimiento fresco mío, una vivencia, y después la imaginación hace lo suyo para irme llevando a lugares a donde me hubiera gustado estar o mismo, aparece una cuota de ironía y humor para terminar de cerrar esas vivencias. Esas tres cosas conviven en mi vida constantemente

O.c: ¿Qué lugar ocupa la nostalgia en tus canciones? ¿Hay recuerdos o escenas del pasado que vuelven como refugio o como tensión emocional?

Chechi:  Los recuerdos son fundamentales para escribir, porque no solo son imágenes si no son modos de vivencial el presente. Cuando algo te pasa en el presente en general te hace actuar con respecto a algo que paso en el pasado, y eso es un poco lo que te hace ser quien sos. Las escenas del pasado suelen ponerse un poco tristes en mi caso, a veces el pasado me lleva a lugares donde no quisiera estar, pero sí que me inspiran. 

O.c: “Casi nunca entiendo nada” nació en pleno aislamiento y tiene colaboraciones con Feli Colina y Esmeralda Escalante. ¿Qué tipo de confusión querías capturar ahí? ¿Es una canción sobre el desconcierto o sobre el deseo de entender? ¿Cómo nacieron esas invitaciones?

Chechi: Casi nunca entiendo nada la hice en la pandemia, y tiene algo de esa etapa casi distopica que vivimos esos años. Yo siempre fui una persona que necesito entender el porqué de todo, soy Muy curiosa y filosófica, pero a veces también me hace ser un enroscada y sentirme incomprendida, como un bicho raro. Esa canción es un poco como un gran “yo qué sé, no entiendo nada”, como rendida a vivir en un absurdo que es la vida digamos. Y las colaboraciones surgen porque soy fanática tanto de Feli como de Esme desde hace años y cuando las conocí les propuse participar y se coparon, cosa que para mi fue algo milagroso directamente. Las admiro mucho.

O.c: ¿Cómo fue el proceso de co-escritura en “Hasta que llegue el verano”? ¿Qué te permitió decir esa canción que no hubieras dicho sola?

Chechi: Hasta que llegué el verano la hice yo en casa un día de invierno en el 2023. Estaba super sola y extrañaba a mi pareja que estaba de viaje y me agarraron esas inseguridades de que sentirá el otro por mí. Termino siendo una colaboración con mateo que en ese momento era el susodicho novio mío, lo cual fue super lindo de compartir.

O.c: Entrando un poco en el ángel que soy.  En “Vos y yo” hay una celebración del vínculo, casi como un diario de viaje emocional. ¿Qué te llevó a registrar ese tipo de escenas? ¿Es una canción de amor o de amistad?

Chechi: Es una canción de amor y amistad diría. Las escenas son bastante de mi imaginación, mismo digo. “Vos y yo, es una ficción”. Como todavía sin creerme todo eso que estaba sintiendo y viviendo con esa persona. Como una película

O.c: ¿Cómo influye el paisaje en tus canciones? ¿Hay una geografía emocional que querés preservar en los vínculos que narra?

Chechi: El paisaje es primordial para mí. El paisaje me llevo a escribir muchísimas de las canciones de el último disco, porque vivir en un departamento pequeño para una provinciana, es como ser un pájaro en una jaula. En muchas partes de mis canciones expreso mi desconcierto con vivir en la ciudad y estar corriendo a la velocidad de este mundo capitalista del cual soy esclava activa digamos. El paisaje del cielo, de la calle, de las estrellas tapadas por edificios, el paisaje de la ruta, del Río, todo eso me inspira mucho y genera contrastes en mi manera de escribir también. 

O.c: ¿Cómo trabajas la idea de la partida sin caer en el dramatismo? ¿Hay una poética del desprendimiento que atraviesa tu obra?

Chechi: Me considero bastante dramática, no sé si logro desprenderme de eso jaja. Así que no se bien. Lo sufro bastante de hecho, a la hora de vivir y a la hora de escribir sobre eso también. 

O.c: “No te olvidarás de mí” parece una despedida. ¿Es una canción sobre el duelo o sobre la persistencia? ¿Qué te interesa más: que te recuerden o que te escuchen?

Chechi: Las dos cosas. Duelo y persistencia. Creo que querer la persistencia de un vínculo es parte del duelo que uno hace cuando se separa. Es esa cosa medio dramática y desgarradora de estar al borde de perder al otro y querer controlar algo incontrolable. Me interesa que me recuerden y que me escuchen, las dos.

O.c: “Esperanza” parece escrita desde una herida que no se cierra, pero tampoco se niega. ¿Cómo trabajas la idea de la esperanza sin caer en lo ingenuo? ¿Hay una ética detrás de sostener el deseo?

Chechi: Yo sabía que esperanza era una palabra como muy “naive” o “melosa” para usar en una canción. En general lo relacionas con algo hasta cristiano o un poco cliché. Por eso me gusto jugar con eso y la crudeza de la canción donde personifico a esperanza y digo que la maté y que me siento culpable por haberlo hecho. La herida es muy de la culpa y de sentirme una chica mala o poco merecedora de amor. Cosa horrible, pero de algún lado nació ese sentimiento casi de película de terror.

O.c: ¿Qué te enseñó el tiempo extendido del proceso de creación de El ángel que soy? Entre Cecilia y este disco hay un salto vital. ¿Qué parte de vos quedó atrás y cuál se volvió más nítida? ¿Por qué ese título?

Chechi: No puedo distinguir que se perdió de Cecilia, yo lo siento más una continuación. Creo que tienen muchos puntos en común ambos discos. Este lo siento un poco más pop quizás, el sonido es más “main stream” que Cecilia, que fue más un monstruito. 

O.c: En “Sailor Mon” aparece una niña que se porta mal y es retada. ¿Qué te interesaba explorar en esa figura? ¿Es una metáfora de la culpa, del mandato o de la rebeldía espiritual?

Chechi: Sailor moon es más una canción de amor que otra cosa. Es muy nostálgica. ¿El amor inseguro, el otro me va a seguir queriendo con mis errores? Es un poco la sensación. Las imágenes para mí son muy pueblerinas.

O.c: En “Cena familiar” cantás: “Quise planear tu funeral / pero nunca quise armar escena en la cena familiar”. ¿Es una forma de dramatizar el duelo o de mostrar cómo el dolor se esconde en lo cotidiano?

Chechi: Esa frase es más que nada humorística y trágica. Humor negro digamos. Ir al extremo de las cosas, cosa que a mí me es muy fácil y me divierte

O,c: La canción “Desaparecí” tensiona el deseo de fuga y la imposibilidad de volver. ¿Qué significa para vos ese “click” que aparece como mantra? ¿Cómo trabajas la ambivalencia entre querer estar lejos y la necesidad de contacto?

Chechi:  Si, es tal cual. El click es esa cosa de salir del estado del drama o del enrosque, volver a empezar, dejar el pasado atrás y construir algo nuevo. Que mi arte permanezca, que no me olviden, aunque este lejos haciendo mi propio camino. Habla un poco de la libertad y la naturaleza. De sentir por momentos que todavía hay mucho por descubrir y por otros, que la nave que hunde, que no puedo salir de mis propios problemas y mis enrosques.